¿Qué significa volver a la casa materna cuando ni siquiera la cercanía de la muerte, con su carácter extracotidiano y definitivo, puede acercarnos a las personas que más queremos?
Florencia Fernández elige Apenas el fin del mundo para hacerse esta pregunta a través de la teatralización de un texto complejo de Jean luc Lagarce que fue un importante dramaturgo y director francés que obtuvo varios premios por sus obras. Después de su muerte, en los noventa, han sido realizadas numerosas puestas en escena de sus textos, y algunas fueron un éxito.
La historia es más o menos así: un escritor que vuelve a la casa materna a comunicar la noticia de su próxima muerte. Un hijo pródigo contemporáneo. En la casa están la madre, la hermana, el hermano y la cuñada. Pasó mucho tiempo, lo que había que decirse se agolpa por la única oportunidad que queda y los discursos se complejizan hasta vaciarse de sentido. Lagarce en esta obra desarma el mito del escritor como aquel que sabe comunicar con la palabra.
Mientras el texto deviene paradójicamente en algo cada vez más impreciso, y la casa sigue ahí con toda la potencia de la melancolía, los espectadores hacemos el ejercicio mental de preguntarnos de qué manera, en situaciones análogas, es posible ser exactos con las cosas que decimos o pretendemos decir.
Estar presente y no poder nombrar el nombre exacto de las cosas, puede ser más doloroso que el olvido, el abandono o la muerte.
La escenografía merece un reconocimiento especial. Sofía Cobas Alè trabaja en planos de profundidad que varían en importancia de acuerdo a las escenas y apela a la interpretación del código visual que remite a ese espacio cargado de pasado que es la casa y el patio de la infancia. Los personajes vuelven sin cesar sobre aquello que acaban de decir modificándolo y también se modifican ellos no solo por la palabra sino también por el contexto. Es realmente de una belleza muy impactante la escenografía como para que actores y espectadores salgamos ilesos de la experiencia.
Ficha artístico-técnica
Duración: 90 minutos
Autoría: Jean- Luc Lagarce
Actúan: Santiago Cirio, Sara Estefanía Córdoba, Guido Napolitano Rodriguez, Rosario Ruete, Bruna Sambataro
Iluminación: Toía Béhèran
Diseño gráfico: María Guadalupe Guiñazú
Vestuario: Sofía Davies
Asistencia de dirección: Dalila Serebrinsky
Traductor: Jaime Arrambide
Escenografia: Sofía Cobas Alè
Diseño sonido: Martín Simonovich
Fotografia: Franco Vega Lopez, María Gudalupe Guiñazú
Traductor: Jaime Arrambide
Dirección: Florencia Fernández