Fuga Industrial, el Festival de Arte Multimedia transita su segunda edición, crece y se fortalece como un nuevo espacio de encuentro de las artes, más allá de la división disciplinar y de las trincheras académicas. Una nueva manera de ver videos, objetos e instalaciones, con el espectador entrando y saliendo, conversando, disfrutando a su ritmo, provocando también el espacio y estableciendo circuitos de circulación propios y distintos.
Cuatro salas, el patio y el subsuelo de los toneles de la ex-fábrica Bagley, donde funciona hoy la Fundación Lebensohn, presentan 21 trabajos artísticos donde predominan lenguajes visuales, junto a casi 50 acciones performáticas, musicales, teatrales, prácticas artísticas donde predomina el cruce de lenguajes y -felizmente- el poco prurito clasificatorio.
Así, nos reciben en la entrada dos producciones instalativas: Dolores May con Lluvia Acida, y la proyección de la escalera en el piso, de Diana Lebensohn, espacio clave desde cuya altura puede verse el otro lado del edificio.
A un costado, la escalera de acceso al subsuelo de toneles, donde imperan otros olores y el ambiente jam session.
Arriba, mientras tanto, puede verse un loop de videos, del cual, sin dudas, no hay que perderse El Amor en los Tiempos de Bagley, una fotonovela desorientada, 3 personajes, un triángulo de amor Bizarro, realizada por el trío Nazarian-Soulas-Vieyra.
Y con una obra a pared (si puede decirse así) de Paula Vieyra, sigue la cosa, con dos cabezas de vaca nos dicen SI y NO, sobre un collage de imágenes de trabajos de la propia artista.

2008-2015.
En el patio la música en vivo y las imágenes a pared nuclean relatos y sociabilidades. La sala B abre el juego a una mezcla de estímulos donde surgen Políticas de Descarne, de Julia Pazos (un trabajo conceptual muy contundente, que llama la atención y destaca con peso propio como guiño a la Historia), junto con los interesantes trabajos de Nahuel Rando y Ximena Larrain, Leonardo Damonte, Verónica Longoni, Laura Focarazzo, Juan Miceli, Andrea Vázquez, el espacio Nocturama…

El Festival, organizado por los incansables Luis Marte y Dolores Lagrange, con producción general de Verónica Kaplansky, sigue hoy domingo, y en la víspera de la primavera un tanto errática de nuestro Buenos Aires, se hace más que recomendable ir y recorrer, aprovechando el viento que sopla, buena señal de que algo se sacude y habla en el panorama de acciones artísticas colectivas que no dejan de cruzar fronteras y abrir el juego a otros artistas.