El sábado 4 de octubre del 2003 en el marco del I Festival de Cine Rioplatense que se realizó en Colonia se presentó el proyecto �Historias comunes�. En esa oportunidad el Director del Instituto Nacional del Audiovisual del Uruguay, Washington Algaré dio la bienvenida el Profesor Alberto Methol Ferré en cuyo pensamiento (el mismo Jorge Coscia, presidente del Instituto Argentino lo reconoció) el proyecto se inspiró. Proyecto argentino-uruguayo �Historias comunes�
por Armando D´Angelo
Resulta esperanzador para el futuro de bienestar de los paÃses de la región observar hoy que las polÃticas de gestión pública vuelvan a coincidir en la importancia de borrar fronteras, ver al vecino como un aliado y desde el sentido común reconocernos en nuestras diferencias y similitudes para construir, como plantea Ferré un nuevo sujeto histórico que posea la energÃa y la vocación de ser protagonista de la historia y no un mero observador o comentarista.
Y la cultura y el cine en especial pueden darle un gran impulso al proceso de integración que Latinoamérica intenta y necesita para volver a “Ser”.
Creo que actúa como un inmenso espejo en el que todos estamos reflejados hasta en lo más pudoroso de nuestra desnudez; lo bello, lo feo, la bondad, la mezquindad, la crueldad, el amor. Todo queda expuesto y quizás desde ese sinceramiento de nuestra propia imagen y mas allá de virtudes y defectos propios y ajenos sea posible dejar de lado vanidades que entorpecen la comunicación, dejan flotando malos entendidos e impiden la concreción de proyectos.
Mesa Redonda
WA: Ustedes están en la platea y serán los espectadores en los próximos minutos, como nosotros dentro de un rato, de los productos terminados de esta industria cultural.
Les propongo que reflexionemos por unos minutos sobre una de las tantas, tantas actividades que realiza la gente que se dedica a la producción cinematográfica antes de poder terminar un producto que vaya a la pantalla. Es decir una de esas actividades de las artes populares o tradicionales que terminan siendo quizás el guión de una pelÃcula.
En la tarde de ayer, en el Auditorio de la Universidad Politécnica realizamos una exposición sobre esto que quizás resultó un tanto renga pues tenÃamos pensado incorporar la presencia del Profesor Alberto Methol Ferré y lamentablemente no se pudo concretar pero esta noche sÃ.
Y me encanta reconocerlo en público que él ha inspirado por separado esa parte de la voluntad; aunque algunos psicólogos que andan por ahà me puedan responder que la voluntad no existe.
Me refiero a esa voluntad de trabajar en algunas tareas comunes de los pueblos. En este caso en una institución que se está llamando Foro de Autoridades Cinematográficas del Mercosur; tanto Jorge como yo con distintas edades y distintas experiencias hemos transitado una vida entusiasmándonos con ideas. Nos encontramos y descubrimos que tenÃamos entusiasmos comunes. Recuerdo que cuando fui a Mar del Plata hace dos años, Jorge Coscia al recibir a los productores de Iberoamérica pronunció unas palabras y citó como lo hizo ayer, una vez esa vez; ayer lo hizo cinco al Profesor Methol Ferré que era el que nos habÃa impulsado a hacer tareas, tareas concretas y a invitar y estimular a la gente a materializarlas y esto se formalizó en este proyecto que se llama y se llamará pues aún esta en el esbozo “Historias Comunes”. Historias Comunes porque son de ambos lados del rÃo e Historias Comunes también porque no necesariamente deben pertenecer a héroes o generales. A veces de las cosas de los héroes y generales pero pueden ser simplemente referidas a la gente común y nosotros creemos que investigando en la frondosa tradición oral o en los textos escritos en los que se hayan plasmado como tales o en las anécdotas o en todo ello podrÃamos aportarles a los futuros guionistas del Mercosur . . . ¡fÃjense ustedes que orgullo! ¿no?,. pues después que consolidemos la etapa Rioplatense vamos a tratar de enfrentar el tema de nuestra frontera uruguaya con el Brasil. Y para ir trabajando en este proyecto empezamos a consultar diversas personalidades y evidentemente tenemos que aprovechar la sintonÃa que existe entre Jorge y yo con respecto al Profesor Methol Ferré.
La gente común vive los grandes acontecimientos; los experimenta desde sus propias acciones y su voluntad y también en la manera de ver el mundo y en la manera de construir el mundo Y el cine ha construido al hombre del siglo XX, eso es evidente y el hombre del siglo XX seguramente serÃa muy distinto sin el cine y debajo de todo eso tiene los grandes acontecimientos que lo determinaron y nosotros pensamos que nadie mejor que Don Alberto para hablarnos de esta duda que vivimos en algún momento como una entidad polÃtica, que vivimos en la actualidad como dos entidades polÃticas y que en esta integración del Mercosur que no debe ser sólo económica sino fundamentalmente cultural; empiece a funcionar.
Y ahora sà las palabras del Profesor Alberto Methol Ferré, “Don Alberto”:
Me parece útil hablar un poco sobre cómo los grandes hechos de la historia se van armando con innumerables pequeños encuentros de diferentes Ãndoles, en los diferentes ámbitos y que todo eso empezará a estructurar una nueva época histórica y que me parece estamos en su umbral.
Y ha sido un umbral desde el ángulo uruguayo muy largo y digamos esto: Uruguay nace a la historia primero como un espacio al oriente del rÃo Uruguay y del RÃo de la Plata. Ese espacio va a ser la Provincia Oriental que hace Artigas en el ámbito de las Provincias Unidas del RÃo de la Plata.
Esa es la primera estructuración polÃtica del Uruguay; luego nuestro paÃs como cliente fronterizo y desde el otro arrastre se transformará como provincia Cisplatina del Imperio de Brasil. En este ámbito de imperio y fronteras, debe ser lo uno o lo otro. Luego vino otra época histórica que es la del mar el océano y el océano no es simplemente agua sino quién controla sus aguas y en este caso era el Imperio emergente inglés como la primera sociedad industrial en el mundo. Y entonces el inglés se refirió a nosotros desde el Atlántico Sur diciendo: “Ni provincia Oriental”, “Ni provincia Cisplatina”. Y digo esto porque el Uruguay no tenÃa per se la capacidad ni la fuerza de engendrar su propia soledad; eso fue fruto ante todo de la intervención de un poder superior al de las Provincias Unidas del RÃo de la Plata y al del Imperio del Brasil. Este poder superior se imponÃa en el conjunto de la América española de la independencia porque la independencia no sólo fue independencia sino también una inmensa segmentación de cosas antes mucho menos fragmentadas. Y el poder mundial que controló a la América Hispana independiente se llamó Inglaterra, la primera sociedad industrial emergente y es asà que surgió Uruguay; por determinación inglesa sobre Argentina y Brasil.
Luego pasaron años y en ese ámbito todo ocurrió en América del Sur, en el ámbito final controlado por el Imperio Inglés, sucesor del Imperio Español y Portugués.
A comienzos del siglo XX tanto Uruguay como Argentina tuvieron un perÃodo de enorme prosperidad agro exportadora y de ahà surgió la enorme prosperidad de Buenos Aires y también el sentimiento: “Como Uruguay no hay”; nos sentÃamos un paÃs Europeo lejos de la barbarie y la inestabilidad del resto de América del Sur, nos percibÃamos como una excepción, nos sentÃamos como la Suiza de América. Esa fue una experiencia real, el Uruguay administró muy bien su inserción dentro del Imperio Inglés. Pero nadie en la región tenÃa la energÃa suficiente para enfrentarlo. Pero sà lo que pasó es que debido al proceso de descomposición interna del imperio a consecuencia de la segunda guerra mundial “los ingleses se nos fueron”, no los echamos, simplemente “los ingleses se nos fueron”; antes de Uruguay luego de la Argentina. En aquella época, hablo del año 50 al 55, un grupo de amigos nos encontrábamos y reflexionábamos sobre que iba a ser del Uruguay si no tomaba conciencia que habÃa terminado el primer ciclo de su historia que era de la inserción dentro del Imperio Inglés y que en los 50 años iniciales del siglo en su conjunto nos habÃa ido muy bien y habÃamos construido un estado social sin igual en el conjunto de América del Sur. De manera que en cierto sentido el shock que experimentamos luego de la retirada del imperio era una advertencia y nos hizo preguntar: ¿con qué lo sustituimos?, ¿hacia dónde ir?, ¿qué nos pasa?. La única respuesta que encontramos, el único destino que visualizamos fue que debÃamos reinsertarnos en las fronteras americanas otra vez porque las fronteras americanas eran las fronteras de paÃses incomunicados. Todos Ãbamos hacia los centros metropolitanos sin integrarnos entre nosotros. Desconocemos la vecindad radicalmente salvo en visitas para pasear por el centro de Buenos Aires; desconocemos la estructura y nuestras posibilidades verdaderas de inserción en la Argentina y en Brasil. Este desconocimiento es mutuo, es de los tres. El rasgo es que la descomposición del imperio inglés fue sustituido por una ida hacia fuera de agro exportadores hacia los centros metropolitanos sin ninguna interacción económica y cultural intensiva mutua. Y eso todavÃa sigue hoy y entonces nos planteábamos :”¡Qué cómo Uruguay no hay!” y actuábamos como si su horizonte no hubiera sufrido una transformación radical; continuábamos haciendo lo mismo de antes de la desintegración del imperio sin darnos cuenta que en décadas posteriores esa desintegración significó el derrumbe de toda la industria frigorÃfica por ejemplo.
Nuestra tesis era: ” El Uruguay fue Banda Oriental, fue Provincia Cisplatina; el Uruguay solo es un paÃs inviable, no tiene futuro posible y solamente inserto en un amplio espacio económico y cultural es viable y nuestro espacio económico y cultural más amplio se encuentra en nuestras raÃces hispanas americanas, entendiendo por hispano tanto lo castellano como lo lusitano y sus diferentes versiones mestizas”. Y pensamos en escribir sobre Brasil “nuestro vecino desconocido” e intentar abrir un nuevo espacio para decirnos que no es una curiosidad conocerlo sino que es más bien una necesidad pues Brasil es una dimensión básica del Uruguay y porque la Argentina también lo es y si no comprendemos al uno y al otro no comprendemos nuestro destino futuro. Esta era un poco nuestra tesis y desde ella pensamos un nuevo rol para nuestro paÃs. Era necesario ya no más percibirnos como la Suiza aislada de los conflictos europeos o latinoamericanos, era y es preciso dejar de lado la falsa idea de un islote aparte En realidad el destino de Uruguay está en ocupar la posición de mediador o nexo de la salida de la Cuenca del Plata. Y es esta cuenca la más apta para un desarrollo amplio y en conjunto en todas sus dimensiones. Es decir que la necesidad de construcción del Mercosur fue una necesidad radical para Uruguay desde la década del 50´. Recuerdo yo que en el año 1951 el presidente Perón de la Argentina le propuso a Brasil y Chile un nuevo ABC o sea propuso hacer una alianza entre Argentina, Brasil y Chile para configurar un gran mercado industrial en común con un poder bi oceánico entre el PacÃfico y el Atlántico Sur; esto no pudo ser posible; el proyecto sucumbió cuando Vargas el presidente de Brasil es conducido al suicidio tras la gran ofensiva que debió soportar por haber intentado lo que serÃa el primer esbozo de un Mercosur entre el año 51 y 54. Ahà es donde yo aprendà muchas cosas. En ese discurso de Perón de fines del año 53 que se publicó en nuestro paÃs bajo el tÃtulo “El imperialismo argentino”; lo leà y quedé sorprendido porque era la explicación de la necesidad latinoamericana de que la modernización no la podÃamos hacer por separado sino que tenÃa que formarse un núcleo central entre Brasil, Argentina y Chile para darle sentido a una dinámica unificadora en América del Sur. Porque nuestros paÃses como los de Europa ya no podÃan andar solos. Si Europa no se unÃa se convertÃa en insignificante y nosotros también.
Todo eso tuvo un enorme impacto en mà e incluso recuerdo que en una parte del discurso se referÃa a que habÃa hablado con los mandos militares anunciándoles que habÃa conversado y pensado con Vargas y que llegaron a la conclusión que si tenÃan que borrar las fronteras entre Brasil y Argentina estaban dispuestos a hacerlo. Yo quedé espantado, para mi fue un shock y me dije: ” ¡¿Cómo?, el presidente de Brasil y Argentina han hablado entre ellos y pensado que si tenemos que borrar las fronteras, las borramos!; me quedé perplejo y admirado.
Y desde esa época e intentado seguir esa lÃnea y he sentido que el Mercosur casi cuarenta años después empieza a ser y ha cumplir esa dinámica unificadora. Y asà nos come la vida a los pequeños mortales.
Hoy la frontera entre Brasil y Argentina que somos: Uruguay, Paraguay y Bolivia adquiere una importancia singular en el ensamble necesario sentido por ambos paÃses como indispensable para uno y para otro y sin lo cual no podrán ser sujetos de la historia sino que todos seremos objetos de la historia. Y mejor es ser sujeto que objeto.
El asunto se trata de esto; de una vocación por construir un nuevo sujeto desde los viejos sujetos de la historia que son: Brasil, Uruguay, Argentina, Paraguay y Bolivia. Ninguno de ellos por separado tienen en el acontecer contemporáneo la oportunidad de ser verdaderos sujetos.
Los enanitos son los que comentan lo que hacen o no hacen los protagonistas. Y uno ama si está en una historia tener participación como sujeto y no pertenecer al coro de los comentadores de la misma.
Se trata entonces de la vocación de querer ser y este es un desafÃo que no sólo involucra al pequeño Uruguay sino también a la aparentemente más importante Argentina y al aparentemente más importante Brasil. Y Brasil sabe que solo no puede y que necesita su vecindad hispano parlante y en la vecindad hispano parlante necesita de la Argentina como aliada, porque es el principal paÃs hispano parlante de América del Sur y nosotros estamos en la juntura.
Esto es lo percibido entonces, lo esperado tantos años y que se puso en marcha hace poquito más de una década.
El Mercosur se inicia en el año 91 y tiene un éxito ascendente hasta el 98; en ese año la crisis brasileña arrastra a la Argentina y la Argentina al Uruguay. Todos sufrimos una crisis muy profunda de la que empezamos a intentar recuperarnos.
Lo que yo quiero decirles desde una Ãntima convicción que pertenece a lo que he sentido la mayor parte de mi vida, es que salimos juntos de esto con nuestros hermanos de la frontera o no salimos. Y esto implica un giro de 180º o de 360º de todo lo que hemos hecho antes. Ahora tenemos que hacer todo juntos y eso no es fácil, estamos acostumbrados a que los uruguayos se ocupan de la uruguayidad , los argentinos de la argentinidad y los brasileros de sà mismos y con eso nos convertimos en perdedores natos y sino preguntémosle a los miles de compatriotas que se tienen que ir del paÃs o a los miles de argentinos que se tienen que ir incesantemente.
Estamos en un instante en que se necesita replantear el paÃs pero no solos sino junto a nuestros vecinos y esto implica un replanteo, una exigencia enorme, distinto a todo lo que hemos hecho y pensado y que tenemos la capacidad como para poder hacerlo, no nos falta.
Hemos tenido en cierto sentido los uruguayos una vida demasiado confortable, demasiado fácil, con muchos amparos que nos han quitado energÃa de empresas nuevas de fondo.
Si no somos aptos para esto no seremos aptos para lo mÃnimo que necesitamos.
En consecuencia este acto me parece muy importante porque forma parte del conjunto de todas las dimensiones: artÃsticas, económicas, intelectuales y sociales a las que el conjunto de nuestros paÃses por lo menos en cuanto a los de la Cuenca del Plata estamos abocados necesariamente. En ese sentido este sencillo encuentro desde su aparente humildad está colmado de una significación mucho mayor de lo que es dado imaginar..
Asà es como empieza toda gran historia, con humildad, pequeñez ,confianza , energÃa y esperanza..
Nota publicada el 18-11-2003